Una Santa Amistad...
La
amistad surgida entre estos dos personajes excepcionales fue muy estrecha. Se
conocieron prácticamente desde que el joven José Gregorio llegó a Caracas
en el año de 1878. Para ese tiempo, el Padre Castro había logrado incrementar
en la capital la devoción a Jesús
Sacramentado con la instauración de la Adoración Perpetua, primero en la
iglesia Nuestra Señora de la Merced, y luego en Santa Capilla, por ello, cuando
se convirtió en el confesor y director espiritual de José Gregorio, poco a poco
fue infundiendo en esta alma sedienta de Dios un profundo amor a la Divina
Eucaristía. En efecto, José Gregorio, hacía frecuentes visitas al Santísimo
Sacramento en la Santa Capilla.
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